23 May

14- El asesinato de Partagas

04:09

Hoy en el ritual del humo les traigo una historia, una historia que forma parte del folclore de este ritual. Se dicen que por allá a finales de los años 1700 en La Habana, Cuba, la marca Cabañas fue una de las primeras en establecerse formalmente y en ese entonces era el estándar, el tamaño, la marca. Tú ibas a una tienda y pedías un Cabañas, era sinónimo de un puro.

Muchas décadas después que se estableciera Cabañas, un empresario catalán se estableció en Cuba, don Jaime Partagas y Ravel. Posiblemente han escuchado hablar de la real fábrica de tabacos Partagas en La Habana, que aún está en pie y esa marca Partagas sigue en pie. Bueno, dice la historia que este empresario catalán le empezó a ir muy bien, su tabaco se empezaron a coger fama, pero se le ocurrió pegarse a la fama de los Cabañas, que eran un estándar, y creó una marca bajo el nombre de la flor de Cabañas, cosa que no le gustó para nada, obviamente, a los propietarios de los puros Cabañas y se fueron a una disputa legal.

Tuvo sus bajas, sus altas. A Cabañas no le fue muy bien, Partagas ya era un tipo poderoso con muchos recursos económicos e influencias y los dueños de Cabañas, el gerente, estaba muy disgustado y era un tipo de armas tomar y se le ocurrió una gran idea. Él se fue y se reunió con uno de los empleados del señor Jaime Partagas y le dijo: "Oye, escúchame bien lo que te voy a decir. Me he enterado que el señor Jaime Partagas se está acostando con tu mujer", cosa que aparentemente era cierto.

Este empleado del señor Partagas se pegó la enfurecida y para darle cuerda al asunto, el dueño de Cabañas le dijo: "Mira, tú ve y mata ese desgraciado que se está gatiando a tu esposa y yo te doy mi palabra que tú no vas a ir a prisión por ese crimen. Así que ve y a justicia". Bueno, el empleado de Partagas agarró a don Jaime Partagas en una de las plantaciones de Vuelta Abajo y lo asesinó.

Después de asesinar a don Jaime Partagas porque se estaba gatiando a su esposa, fue a donde el señor de Cabañas y le dijo: "Esto está hecho, ya maté a ese desgraciado". Y lo que hizo el señor de Cabañas fue matar al empleado de Partagas y de esa forma cumplió su promesa de que él se iba a encargar de que no fuera nunca preso por el asesinato del señor Partagas.

Y esta es una historia que se ha convertido en mito, en leyenda en La Habana y espero que te guste, que la hayas encontrado interesante y en el futuro te traeré más historias como esta. Este fue el ritual del humo. Gracias por acompañarnos y ahora voy por un purito para cerrar el día con broche de oro. Hasta la próxima.

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